¿Qué son los grifos termostáticos?
Los grifos termostáticos son capaces de mezclar el agua, a una temperatura deseada, pudiéndola mantener siempre constante, mezclando automáticamente el agua fria con el agua caliente. Disponen de dos mandos para poder regular por un lado la temperatura del agua y por el otro el caudal. Generalmente este tipo de grifos se colocan en la ducha o la bañera por la comodidad que supone que la temperatura del agua sea constante independientemente del caudal.
En la mayoría de grifos termostáticos el mando de la izquierda sirve para controlar el caudal, la cantidad de agua que saldrá por el caño.
El otro mando sirve para ajustar la temperatura del agua y dispone de un tope de seguridad a 37 °C o 38 °C para evitar quemaduras. De esta forma, si se desea que el agua salga a más temperatura, será necesario presionar un botón rojo y girar hasta el final evitando sufrir quemaduras al accionar el mando accidentalmente.
Ventajas de los grifos termostáticos
- Comodidad: la temperatura se mantiene constante independientemente del caudal o del número de veces que se abra/cierre el grifo.
- Seguridad: Gracias al tope situado en el mando de la temperatura, es necesario pulsar un botón para que el agua salga a más de 38ºC evitando quemaduras accidentales cuando el grifo es accionado por niños o ancianos. Por otro lado, en caso de que se interrumpa el suministro de agua fría, el cartucho corta automáticamente el agua caliente, evitando el riesgo de quemaduras
- Ahorro de agua: Al conseguir la temperatura y el caudal deseado con mayor rapidez, puede conseguirse hasta un 40% de ahorro en agua.
- Calibrado: todos los grifos se calibran en fábrica a 38 °C
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